lunes, 27 de enero de 2014

Manel, Refree y Standstill: ¿bajando la guardia?

¿Bajar la guardia?

La primera pregunta que nos vendrá a la cabeza leyendo el título del post. No es para menos, y más tratándose de tres bandas que han marcado ya cierta época en la escena musical del país. Las tres tienen discos significativos en su haber, memorables y cuya impronta  perdurará durante mucho tiempo. También es posible que marquen  época y hayan creado connotaciones especiales al haber adquirido una personalidad y espacio propios claramente distinguible del resto.

Porque Refree ha marcado su camino pervirtiendo la cancion de autor e innovando desde su propio punto de vista; Manel han creado escuela combinando una especie de misticismo en historias de cariz cotidiano con unas músicas herederas de la canción catalana. Standstill ya partieron desde  estilos más arrolladores, (ese hardcore explosivo y catártico), para luego acercarse a un rock inquieto con cierto toque de experimentación y altas dosis de independencia, desembocando en un intimismo palpable en sus 3 ultimos trabajos.

Diría que los tres grupos ocupan cada uno su cuota dentro del global de propuestas intimistas, siendo la de Manel la más asequible o propagable más directamente, la más conocida. Y también diría que fuera de sus méritos artísticos (incuestionables tiempo ha), se les ha bendecido por parte de muchos sectores. Lo cierto es que yo también me he sacado el sombrero y los he posicionado en mi pedestal particular. Pero no comparto el entusiasmo por sus últimas publicaciones en este 2013 que sí veo en muchos medios.

Aplaudir cosas por réditos, créditos,logros pasados, o porqué sí no sería nada justo, y menos viendo los talentos que surgen en nuestro país año a año, que han creado una escena inquieta, envidiable y me atrevería a aventurar que a nivel mundial. Y la sospecha de que tienen el beneplácito incondicional de la prensa por cuestiones de simpatías e incluso por cruce de intereses entre discográficas y medios,revistas o páginas web, va en augmento.

Servidor opina que sus últimos trabajos dentro de este 2013 flaquean e incluso palidecen al lado de sus discos pretéritos, e intentaré explicarme:

-Manel

  En cuanto a Manel,  "Atletes baixin de l'escenari" tuvieron la excusa de haber reintroducido las guitarras eléctricas en perjuicio del característico ukelele, que ya habían limado en su "10.000 milles per veure una bona armadura". Una opción que por sí misma hace babear a medios "indies" reconocidos  como pudiera ser RDL; pero que no los redime de haber rebajado el fuste de sus canciones.

Manel siempre fueron aquella banda que cogían unas melodías y arreglos que iban repitiendo hasta ese límite  en el cual  el oyente cansado de esa repeticion monótona está a punto de darle a la tecla next del mando a distancia de su equipo de música y entonces aparecía aquella variación, aquel nuevo acorde, aquellos coros, u aquel quiebre del cantante que empujaba la canción hacia el limbo de la mística y la fosforescencia.

Al final de todo, las canciones devenían himnos y muchas de ellas eran impepinables. En este caso, impepinables hay menos: "un directiu...", "banda de rock", "Ja era fort" , incluso podrían pasar las "Teresa Rampell" o "mort d'un heroi romàntic", con su exceso de repetición. Del resto no molestan mucho las "Ai, Yoko" o " fes-me petons", pero tampoco están a la altura de muchas otras. El  otro resto, aburridor.

Digamoslo claro, las melodías del cantante basculan en repeticiones casi mántricas de entre dos o tres notas para introducir algun pequeño cambio después, al que se añadirá el reverso del cambio también en los arreglos instrumentales. Cambios o pivotaciones que no consiguen hacer despegar las canciones hacia esas alturas estratosféricas que les daba anteriormente la entidad de himnos. Esa película  ya la teníamos excesivamente vista de su anterior material. Repito, excesivamente.

-Refree


Refree en "Nova Creu Alta", también hizo un cambio en cuanto a texturas generales, añadiendo electricidad y toques psicodélicos restando las instrumentaciones más acústicas de sus entregas anteriores. Esa es la excusa, electricidad y psicodelia. Una electricidad y psicodelia en que el material da vueltas y vueltas de manera gratuita, sin ton ni son, sin hilos conductores claros como aquellos que sí están presentes en bandas tan cambiantes como K.Crimson, por poner un ejemplo exagerado que poco tiene que ver musicalmente.

El problema es que también hay claros déjà vu en varios temas, que lo llevan a copiar patrones casi exactos de melodías vocales como pasa descaradamente en "kikirimi", calcada a otros temas de discos anteriores. Cosas menos descaradas en esa tesitura también en "Orgia" o la "nit ben alta".

Obviamente el disco tambien tiene sus cosas disfrutables como el gran arranque introductorio "NCA" y su brillante continuación "Avui ho he vist" ;pero el resto, no pasa de dar vueltas y vueltas, guitarrazos, distorsiones o casi disonancias, ruido. ¿Psicodelia?,¿viajes? nada de viajes sanos, más bien vueltas que una biodramina cura en seco, parando el reproductor.

-Standstill

Finalmente, llegaré a Standstill "Dentro de la luz",  con la difícil tarea de suceder al mejor disco que habían publicado hasta entonces, ese delicioso triple EP de "Adelante bonaparte" que parecía culminar una trilogía brillante encarada ya en castellano. Diré que es un gran disco tambien, pero a años luz del anterior por culpa de una línea continuista descafeinada. Donde el deja vu está tremendamente presente por doquier.

Montefusco repite versos "ocurrentes" de nuevo en muchos temas; siguen basando sus ritmos en marcar permanentemente  las pulsaciones de los temas con  bombo/timbal y adornando por encima con redobles varios;  siguen haciendo las bases con acústicas repetitivas semiarpegiando por doquier; y para colmo muchas de las melodías de la voz también siguen siendo aquellos arpegios de los que se caracterizaba su performance vocal en su anterior material.

Esta combinación de patrones ya vistos y explotados, esta vez no funcionan, no chocan como antaño, es más de lo mismo. Aunque la impresión superficial sea positiva, no están exentos de ese efecto de mayúsculo deja vu que también impregnan las actuales discografías de bandas (salvemos las distancias, sólo para que me lo entendais) como los Radiohead post-half to the thief. Bien, correcto, siguiendo sus propias coordenadas de anteriores logros. Poco más.

Porque aquello de que se les vean cosas que se asemejen a derivas instrumentales crimsonianas, ya lo consiguieron previamente bandas como precisamente Radiohead en Kid A o más hacia aquí, Estanislau Verdet en su "l'all ho és tot...". Así que, por más que para conseguirlo haya que controlar la bola, ese parecido ya lo han conseguido otros antes. Se acabó la excusa.

 Concluyendo...

Supongo que a muchos os chocará que cuestione abiertamente a estos grandes en sus nuevas entregas: tan solo  espero contribuir a aportar este otro punto de vista inconformista invitandoos a contemplar la cuestión de otra manera y plantear cosas diferentes al aplauso incondicional que muchos ya les han brindado

Volveré a dejar claro que sus anteriores discos son gigantes, que son bandas que seguiré teniendo en un pedestal, que tienen un status potente, ese status que se merecen por atrevimiento, méritos artísticos, logros, carreras brillantes  y un largo etc.

Pero hay un elemento comun en los tres discos: el estancamiento. Un exceso de déjà vu.

Planteo cada patrón repetido como si  cada característica  repetida fuera una marca de agua (personalidad, estilo, impronta) que el artista imprime a sus canciones: estareis de acuerdo conmigo que un exceso de marcas de agua en una imagen imposibilita ver lo que hay detrás, de tal manera que tendremos la sensación de ver exclusivamente marcas de agua y no una imagen. El arbol que no deja ver el bosque.

Esa es mi sensacion, exceso de marcas de agua que imposibilitan o restringen la visibilidad de la imagen que hay detrás, ese nuevo material musical.  Supondré que los discos venideros volverán a ser la bomba, pero mientras tanto, estos a mi modo de ver, no funcionan, no discurren, no recorren. No como los ríos, corrientes y mareas que sugerían ser los anteriores.

 Como aguas estancadas, repletas de vida, pero estancadas.



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